Jesucristo y los 12 pasos.
DÉCIMO Paso.
“CONTINUAMOS haciendo nuestro inventario personal
y cuando nos equivocábamos lo
admitíamos
inmediatamente.”
"Aprender, día tras día, a identificar, reconocer y corregir estos defectos constituye la esencia de la formación del carácter y del buen vivir. Un arrepentimiento sincero por los daños que hemos causado, una gratitud genuina por las bendiciones que hemos recibido, y una buena disposición para intentar hacer las cosas mejor en el futuro serán los bienes duraderos que buscaremos.
Después de haber repasado el día así, sin omitir lo que hemos hecho bien, y al haber examinado nuestros corazones sin temor o complacencia, podemos sinceramente dar gracias a Dios por las bendiciones que hemos recibido y dormir con la conciencia tranquila." (aa.org)
Este tipo de meditación nos los presenta David en varias partes de la Palabra: el Salmo 77:11-12; 143:5; 119:27; aquí nos indica que es importante recordarnos a nosotros mismos las obras que Dios ha hecho en nuestras vidas y meditar, dice, en Su Palabra y sus grandes hecho. Porqué?
Fui motivada a escribir mi autobiografía y para eso decidí escribir acerca de mi vida espiritual ya que Dios ha sido parte de toda mi existencia. Al estar escribiendo cada una de las cosas que Dios había hecho en mi vida mi corazón brincaba de emoción. Eso me hizo reflexionar cómo es posible que no tuviera una vida más prospera después de tantas cosas? Así que así fue como Dios me mostró el efecto de las tareas diarias de la vida en mi diario caminar, hacer la comida, ir a trabajar, las preocupaciones normales de la familia amigos etc. Cada una de nuestras acciones o pensamientos eran como una gasa puesta sobre nuestra experiencia con Dios.
Qué pasa en nuestra memoria?
Imagínate tú teniendo una experiencia maravillosa con Dios como algo muy brillante en tu memoria lo cual te inspira a seguir a Dios y trabajar con él; el siguiente día continúa tu trabajo diario y con cada acto una gasa delgada de color gris claro es puesta enfrente de esa cosa brillante; cada acción y pensamiento es una gasa que se sobrepone a la anterior y así cosecutivamente hasta que el color y forma brillante de lo que está detrás de las gasas: la obra que Dios hizo en tu vida- deja de verse y por ende deja de tener impacto en tu vida. Así es nuestras experiencia con Dios, al momento somos cautivados por su belleza, compasión, grandeza, quizás nos sanó o nos liberó de una carga que parecía imposible; quizás te llamó en un momento especial y cautivó tu corazón y lleno de energía empezaste a andar en dirección a su llamado, o quizás decidiste seguirle por lo que viste que Él hizo en tu vida, entonces las diarias tareas de cada día empezaron a desplegar una gasa aunque muy delgadita sobre esto, hasta que son tantas (hay días muy difíciles) que el gris logra ser tan obscuro que tapa completamente la maravilla y efecto del acto de Dios en tu vida, el impacto en tu vida de aquella obra divina parece no tener el mismo significado y parece desaparecer.
Lo que escrito arriba es como trabaja nuestra memoria, la cual guarda las cosas inmediatas y poco a poco va deshechando lo pasado para darle paso a lo de hoy. Un día, lo que hizo Dios en tu vida, o lo que tu decidiste hacer con tu vida queda o quedará en el olvido a menos que tu pongas una acción para evitarlo.
Cuando Dios me dió esa claridad, decidí convertir la autobiografía en un diario, allí escribo lo que Dios hace o me dice, fecha, palabra o acción y la bendición que recibí de esa Palabra. Allí también escribo las decisiones que tomo y porqué las tomo.
Como maestra, he trabajado desde preparatoria hasta preprimaria y a esta acción le llamamos, (igrunðuð) meditación, metodología que es parte de un analisis diario que hacemos para poder observar los cambios que ocurren en nuestra escuela/alumnos y para reaccionar rápidamente en caso de ser necesario.
No es diferente de lo que el paso décimo nos está pidiendo hacer, el meditar y escribir, es un analisis que preeverá que caigamos en una falta. Las faltas en las que caemos diariamente son observadas y corregidas al día, La Palabra nos dice: „Meditaré en tu Palabra de día y de noche“ y en otro lugar nos dice „Mira mi corazón y ve si hay en mi camino de iniquidad y guérdame en tu sendero eterno“ David el salmista nos está dando las líneas para un estilo de vida que nos mantiene despiertos y saludables. Cuando veo que algo negativo se repite y se me dificulta cambiarlo, como pueden ser los resentimientos, envidias o falta de perdón que aparecen de nuevo si avisar a pesar de haber orado, lo que yo hago es pedirle a Dios „Renueva mi mente“ o si no le digo que „purifique las intenciones de mi corazón“ Él es el único que puede cambiar los corazones y cuando oramos así lo hacemos fundados en la Palabra ya que el apóstol Pablo nos dice „Renovaos en vuestra mente“.
Luego de nacer de nuevo y recibir la unción del Espíritu Santo, los creyentes pueden comenzar su camino en la batalla espiritual. Reconocemos que por nosotros mismos no podemos vencer; necesitamos la intervención de Dios, ya que solo Él nos da la fuerza para superar cualquier obstáculo. La Biblia nos dice: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" y "No es por fuerza ni por ejército, sino por Su Espíritu". Así, Dios mismo pelea por nosotros. Enfrentar los retos requiere apoyarnos en este fundamento, dejando de lado nuestra reacción natural y permitiendo que Dios tome nuestro lugar.